martes, 7 de diciembre de 2010

Delincuente a la gerencia

Terrible... el “delincuente del carnaval” quiere ser el gerente municipal de la nueva administración de la comuna de Cajamarca en la gestión de Ramiro Bardales Vigo.

Este flacucho y menudo personaje siempre se “mueve” al margen de la ley y su accionar va desde el robo de recursos públicos (dinero y bienes) hasta su accionar como lobbista.

Un sujeto sin escrúpulos, sin principios éticos, intrigante, mentiroso y manipulador.

Un sinvergüenza que no siente culpa por las maldades o acciones delictivas que realiza. Un verdadero facineroso y descarado que se infiltra en la gestión pública para aprovecharse de los recursos que nos pertenecen a todos los ciudadanos.

Un individuo que siempre muestra una sonrisa hipócrita, que “pela los dientes” como mono de feria y que se desplaza con un movimiento de un “quindecito viejo y mojado” se “vende” como un filántropo, un hombre de servicio y un ciudadano comprometido con los problemas sociales; pero ese supuesto carácter bonachón y zalamero no es más que una máscara para ganarse la confianza de sus víctimas y asaltar las instituciones públicas.

Un cínico que mintió y se burló de todos. Un delincuente que llegó, sorprendió, engatusó y robó -en algún momento, sino fue en varios- el dinero del carnaval. Recursos que no se utilizaron en nuestra fiesta tradicional ni beneficiaron a los carnavaleros.

Un tipejo que valiéndose de sus influencias o chantajes con varios funcionarios y autoridades obliga a algunas secretarias a pasar boletas y facturas -que luego las cobra gracias a la complicidad de los dueños de los comprobantes de pago- por servicios que las instituciones nunca recibieron. Claro, las secretarias están amenazadas que si denuncian estos hechos serán despedidas.

Además, el lobbismo es otra de sus actividades “comerciales”. Siempre se relaciona con la “alta sociedad”, busca amistades entre las principales autoridades y personalidades de Cajamarca y con algunas entidades de nivel internacional.

Muy atento al anuncio de proyectos en las instituciones para lanzar sus redes, buscar sus contactos, negociar e influir para que la obra se conceda a una transnacional con la que previamente negoció. Luego recibe su pago por sus “servicios de lobista”.

Un negocio redondo consiguió con una transnacional cuestionada y denunciada por incumplimiento en la ejecución de proyectos; pero, él promovió, luchó y consiguió que le otorgaran uno de los principales proyectos de Cajamarca. El pago, un automóvil del año. Más de 30 mil dólares como lobista en este proyecto.

Un delincuente debe estar encarcelado y no pretendiendo un cargo público y de confianza tan importante.

Sería un gravísimo error de Ramiro Bardales si contrata a este sujeto que debería estar en el penal Huacariz.

La nueva gestión no debe contratar, ni siquiera rodearse de este tipo de alimañas. La nueva gestión tiene que demostrar honestidad y transparencia, además de eficiencia y buen servicio.


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