lunes, 10 de enero de 2011

Artimañas de campaña

Varios beneficiarios y algunos trabajadores del programa nacional de apoyo directo a los más pobres “Juntos” denunciaron -la semana pasada- que una funcionaria -que postula al congreso por el partido Aprista- los amenaza y obliga a que lo apoyen en las elecciones marcando la estrella y escribiendo el número que le corresponde.

Es lamentable que funcionarios, designados a dedo por el único mérito de contar con un carné aprista, utilicen los programas de apoyo social para buscar sus propios beneficios. Manipular a los beneficiarios y obligar a los trabajadores a direccionar su voto a su favor, con la finalidad de llegar al Congreso.

Terrible situación que demuestran estos funcionarios apristas de “medio pelo”, acostumbrados a la componenda, la argolla y el acomodo.

“Personajillos” que no tienen capacidad para desempeñarse personal y profesionalmente, por lo que siempre buscan -con sobonería y recomendaciones- un puesto en alguna institución pública para -cual parásito maligno- vivir a expensas del Estado, ganando “suculentos y jugosos” sueldos que pagamos todos los peruanos.

Unos reverendos sinvergüenzas que siempre están prendidos de la “teta del Estado”.

Sujetos que nunca destacaron en su vida, ni como personas, menos como profesionales; mientras otros ni siquiera cuentan con estudios técnicos o profesionales; pero gracias a que obtuvieron un carné partidario tienen un buen puesto para disfrutar y gozar de las gollerías que ofrece la burocracia estatal.

Siempre se mueven con facilidad y mucha astucia en ese mundo del acomodo, la componenda y las recomendaciones. Nunca están fuera del aparato estatal, siempre disfrutando de un sueldo que se paga con recursos de todos los peruanos; pero su aporte al Estado es pobrísimo y en muchos casos nulo.

Varios funcionarios que llegan por recomendación no aportan absolutamente nada, simplemente están para cobrar -a fin de mes- el “suculento y jugoso” sueldo que tiene asignado.

Ante este panorama terrible, es preocupante que tras las denuncias periodísticas de utilización de los programas sociales para favorecer a determinados candidatos oficialistas, las autoridades competentes no hayan actuado -hasta la fecha- para investigar y denunciar este tipo de artimañas que utilizan estos “oscuros personajes” durante la campaña proselitista.

Es necesario preguntarnos qué hace el Ministerio Público con sus fiscalías de Prevención del Delito. Por qué no actúa de inmediato y de oficio para investigar estas denuncias y determinar si los funcionarios comenten delitos, para luego denunciarlos.

Dónde están los organismos electorales. Qué hace el Jurado Nacional de Elecciones a través de sus Jurados Especiales. Por qué no actúa para fiscalizar y sancionar las malas acciones de los “politiqueros” que pretenden llegar al Congreso en las próximas elecciones generales.

Mientras no haya fiscalización ni control, estos sujetos seguirán haciendo de las suyas con sus “mañas y artimañas”.


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