Nuevas gestiones y más ‘acomodos’
Ayer empezaron las nuevas gestiones municipales -provinciales y distritales- y la nueva administración regional de Cajamarca. Nuevas autoridades con anuncios de cambio y buen gobierno para cada jurisdicción. Promesas de gestiones transparentes, honestas y con un gran espíritu de servicio y apoyo a la población.
En Cajamarca tenemos un gobierno regional, que en esta oportunidad estará presidido por Gregorio Santos Guerrero de las filas del Movimiento de Afirmación Social - MAS, trece gobiernos municipales provinciales, que en la capital departamental estará encabezado por Ramiro Alejandro Bardales Vigo, y 114 gobiernos ediles distritales.
Las nuevas autoridades asumieron ayer sus funciones tras juramentar, desde el jueves 30 de diciembre de 2010, hasta las que cumplieron con este acto ayer y las que recién lo hacen hoy.
Todas las autoridades llegan con las mejores promesas y la población espera -con mucha expectativa- el desempeño de las nuevas gestiones.
Esperamos, por el bien de Cajamarca y su población que en su mayoría es pobre y pobre-extrema, que el éxito acompañe a cada autoridad y que sus gestiones vayan por la senda de la transparencia, la honestidad y la dedicación al trabajo.
Las nuevas autoridades, los funcionarios de confianza y los contratados para desempeñar diversos cargos en la región y las comunas son nuestros empleados, a quienes les pagamos con nuestros recursos y tienen la obligación de realizar un buen trabajo.
A ellos les encargamos la administración de estas instituciones para que actúen con honestidad y responsabilidad.
Pero, con mucha pena y sorpresa observamos que la presión política para colocar al integrante del partido, al compañero, camarada o socio de la campaña política está primando en la designación de algunos funcionarios de confianza.
El acomodo y la politiquería vuelven con las nuevas autoridades. No se busca a los mejores técnicos y profesionales, sino a quienes son ayayeros, adulones o limpiababas para que acompañen a las nuevas autoridades.
Así, las gestiones -con seguridad- que caminarán directo al fracaso y descalabro y la población será la principal perjudicada.
No es posible que el sobrino recomiende al tío, el cuñado al esposo de la hermana, el padrino al ahijado, el tío a la esposa del sobrino, el empresario que aportó para la campaña imponga a los funcionarios de confianza.
Eso es un terrible engaño a la población que apostó por cada una de las nuevas autoridades, buscando una alternativa diferente para gobernar su jurisdicción.
Las autoridades tienen que entender que fueron elegidas para gobernar con técnicos y profesionales que garanticen una buena gestión y no con chupamedias, sobones y ayayeros a quienes pueden utilizar y manipular a su antojo.
Las instituciones del Estado son del pueblo y no sus propiedades en las que puedan hacer y deshacer de acuerdo a su regalada gana.
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