martes, 2 de noviembre de 2010

Alcaldes segundones

Los alcaldes electos de Sucre (Celendín), Chadín (Chota) y San José del Alto (Jaén) no ganaron las elecciones en sus distritos; pero, gracias a la legislación electoral serán las autoridades ediles de esas jurisdicciones en el periodo 2011-2014.

Sucede que los votos nulos superaron a los obtenidos por los candidatos en estos distritos en las elecciones municipales del 03 de octubre, tras contabilizarse al 100% el proceso electoral en estas jurisdicciones.

Las cifras de los votos nulos -sin contar los blancos- superan los obtenidos por los candidatos que ganaron las alcaldías en Sucre, Chadín y San José del Alto.

Pero a pesar de ocupar el segundo lugar, serán los futuros alcaldes de estos distritos cajamarquinos. Nuestra legislación electoral así lo estipula.

Claro, la ley especifica que el conteo de votos para establecer a los ganadores del proceso electoral se realiza de los válidamente emitidos a favor de un candidato o una agrupación política, en este rubro no considera a los votos blancos o nulos.

Lamentablemente, candidatos que no contaron con el respaldo mayoritario (simple) de la población asumirán las alcaldías desde el 01 de enero de 2011, ya que la legislación refiere que para anular un proceso tiene que existir más del 50% de votos nulos o blancos o que no hayan votado más del 50% de electores, condición que no se cumple en Sucre, Chadín y San José del Alto; por lo que las elecciones -en estos distritos- son legalmente válidas.

Esta situación, así como los bajísimos porcentajes de votos conseguidos por los candidatos ganadores en las últimas elecciones, demuestra un rechazo o desacuerdo de la población con las propuestas de los partidos o agrupaciones locales que postularon el 03 de octubre.

Es una evidente llamada de atención para que las futuras autoridades y nuevos candidatos en las siguientes elecciones replanteen sus programas, renueven sus propuestas y escuchen el clamor de la población.

La mayoría de alcaldes electos, hasta el momento, no alcanzaron el 50% de los votos válidamente emitidos, lo que significa que triunfaron con una mayoría simple, teniendo al frente a un gran porcentaje que apostó por otras propuestas u otros candidatos, además de quienes dejaron en blanco o anularon sus votos.

Esta realidad plantea a los futuros alcaldes la obligación de concertar con las diferentes organizaciones políticas, sociales, populares y cuantas otras haya en sus distritos o provincias para realizar un trabajo conjunto que conlleve a promover el progreso y desarrollo de sus pueblos; caso contrario podrían tener el rechazo popular y terminar con sendas revocatorias que recortarían sus gestiones.

Los alcaldes electos tienen que recordar que no ganaron con una mayoría absoluta y el triunfo electoral es un simple encargo que los obliga a trabajar por el pueblo.


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