lunes, 4 de octubre de 2010

Cajamarca por un cambio

El triunfo de Ramiro Bardales Vigo para la alcaldía provincial y Gregorio Santos Guerrero para la presidencia regional expresa la posición de la población cajamarquina que apuesta por una nueva propuesta que promueva el desarrollo, negado por las actuales y anteriores autoridades ediles y regionales.

Ramiro Bardales consiguió una victoria contundente y se llevó la alcaldía de Cajamarca, dejando relegados a Luis Bernardo Guerrero Figueroa del FIR y Edgar Emilio Horna Pereira del Apra, quienes intentaron polarizar la elección y terminaron superados por el actual alcalde de Matara.

Gregorio Santos ratificó su favoritismo a nivel regional y -aunque oficialmente no se confirma su victoria en primera vuelta- es el gran triunfador de este proceso electoral, ya que tuvo que superar a las millonarias campañas de sus adversarios y a la guerra sucia que todos emprendieron en su contra.

Pero el principal mensaje que nos dejan los resultados de ayer es la posición de la población que apuesta por el cambio.

Posición que significa el rechazo a los candidatos tradicionales y “recontra” conocidos y a los partidos políticos que quieren “adueñarse” de las instituciones del Estado.

La victoria de Ramiro Bardales genera dos grandes perdedores: Luis Guerrero y Emilio Horna, ya que ellos se consideraron los favoritos y únicos para llevarse la alcaldía, pero la reacción popular terminó castigándoles y encumbrando en el triunfo a un personaje que venía de Matara con la imagen de un alcalde trabajador, con capacidad de gestión, honesto y transparente.

La humildad y sencillez de Ramiro Bardales fueron otras de sus cualidades que le permitieron ganar la simpatía de la población y recibir los votos de los ciudadanos -que mayoritariamente- rechazaban la posibilidad de una vuelta a la alcaldía de Luis Guerrero o Emilio Horna.

Mientras que en el panorama regional, la victoria de Gregorio Santos expresa el rechazo de la población a la actual y pésima gestión, así como a la vuelta de un gobierno aprista o la presencia de grupos improvisados y oportunistas, cuyos líderes esperaban un golpe de suerte para llegar al máximo cargo regional.

En resumen, Cajamarca apunta hacia una nueva propuesta.

En el ámbito provincial se decidió por un alcalde con experiencia, pero que tiene el cliché de honesto, capaz y trabajador. Un claro mensaje de lucha contra la corrupción en la gestión municipal y ejecución de proyectos que atiendan las necesidades básicas y urgentes de la población.

Mientras que en el ámbito regional, se apuesta por un planteamiento progresista que defienda sus derechos y que genere un cambio en la administración con una gestión transparente, rechazando el continuismo y la parentela.


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