miércoles, 6 de octubre de 2010

Ganadores y derrotados

Las elecciones municipales y regionales dejaron -como era lógico- más derrotados que triunfadores el domingo 03 de octubre.

Pero la derrota más contundente la sufrieron los partidos y políticos tradicionales a quienes la población les expresó su total y rotundo rechazo.

El deterioro de los partidos políticos y de sus representantes que nunca quieren dejar la “mamadera del Estado” fue notorio en el proceso electoral del domingo.

La población emitió un claro y preciso mensaje a los políticos “profesionales” (ya que solo viven de la política) que no los quiere como autoridades, que no encuentra en ellos a los personajes adecuados para gobernar las municipalidades o la región y que sus propuestas no satisfacen las exigencias y necesidades de los moradores.

El principal problema que enfrentaron los políticos tradicionales fue las acusaciones de corrupción, aspecto negativo que con mayor contundencia rechaza la población.

Otro aspecto negativo que corroe a los partidos políticos es el acomodo personal que practican sus principales representantes o el de sus partidarios. No importa la capacidad o calidad profesional, pues el puesto tiene que ocuparlo un militante aunque el único mérito en su vida fue obtener un carné de ese partido.

Las instituciones están plagadas por militantes de partidos políticos que nunca destacaron -personal ni profesionalmente-; pero, los acomodan por ser militantes del partido o porque apoyaron en la campaña pegando afiches, gritando -como loquitos- en los mítines, soboneando y franeleando a los candidatos o simplemente aportando dinero para la campaña.

Ante esta triste y peligrosa realidad de los partidos políticos, la reacción de la población se sintió en las urnas, como un rayo que destruye todo a su caída.

Un “azote popular” para los políticos y partidos tradicionales que se olvidaron de sus bases, se burlaron del pueblo y sólo se preocuparon de sus intereses personales y el acomodo de sus “compañeros” de partido.

La población puede ser paciente, pero nunca tonta. Siempre estará pendiente de premiar a las buenas autoridades o castigar a los corruptos, sinvergüenzas y facinerosos que están al acecho de las instituciones públicas a donde pueden llegar por elección popular.

Pero, a pesar de esta reacción de los electores, castigando a los malos candidatos en las urnas, hubo varios que torcieron la voluntad popular llevando golondrinos, comprando votos, entregando regalos y asociándose con “quien sea” para llegar a un cargo edil o regional.

El triunfo favoreció -principalmente- a los candidatos de los movimientos locales o regionales.

Ahora, nos queda exigir un buen gobierno a los alcaldes y regidores elegidos, así como al presidente regional y su equipo de consejeros.

Cajamarca ya no puede soportar más engaños y burlas de sus nuevas autoridades ni saqueos de las arcas de sus instituciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario