martes, 28 de septiembre de 2010

Adiós a un colega

Se fue cuando la primavera llegaba. Se fue con las primeras lluvias. Se fue para preparar y guiar -desde arriba- quizá su mejor reportaje.

Carlos Alayza Chávez se fue al cielo después de cumplir -en este mundo- con la ardua labor de un periodista entregado a su profesión.

Colega y amigo. Periodista de largas jornadas. Querido por muchos y quizá cuestionado por otros; pero, con seguridad que su amistad superó todas las controversias.

Deja un enorme vacío en el periodismo cajamarquino que se viste de luto para despedir a uno de sus más representativos presentadores de noticieros de televisión de los últimos tiempos.

Dedicado, perseverante, incisivo... un periodista atento al desarrollo de los acontecimientos.

Lo conocí hace ya más de 15 años y aprendí a ganarme su amistad gracias a la atención que siempre dispensaba a los colegas y especialmente a los más jóvenes.

Ese su rostro adusto se transformaba cuando tratabas, compartías o dialogabas sobre cualquier tema. Carlos siempre tenía un trato especial para sus colegas y amigos. El diminutivo para nuestros nombres siempre afloró de sus labios.

Y en este trajinar por el mundo del periodismo, coincidimos en EL CLARÍN, cuando él desempeñaba la dirección de este diario.

Tuvimos excelentes momentos y grandes satisfacciones en nuestra labor diaria en este medio de comunicación, compartiendo el trabajo con Brandy Verástegui, Andrés Caballero, Luis Mego, José Luis Gonzales, quienes serán testigos de la amistad que prodigaba Carlos Alayza.

También coincidimos y trabajamos en el semanario -hoy diario- EL MERCURIO, donde pudimos disfrutar y compartir de ese entusiasmo, empuje y dedicación que siempre derrochaba.

Y con ese mismo entusiasmo se entregó en cada uno de los medios en los que participó y trabajó. Un luchador incansable, un batallador empedernido.

Un hombre que se movió en la prensa, radio, televisión y también incursionó en el mundo virtual del internet, aunque su proyecto de una página web quedó en el inicio. Le faltó tiempo para consolidarlo.

Y así como pasó por diversos medios de comunicación, también se movió en casi todas las especialidades del periodismo, desde la información deportiva hasta el periodismo político, desde policiales hasta espectáculos.

Su partida deja un sentimiento de dolor y pesar en su familia, amigos y colegas.

Pero, ante esta partida de un amigo y colega, nos queda su recuerdo, su amistad y su ejemplo.

Esperamos que el Todopoderoso colme de resignación a sus familiares y que el recuerdo de Carlos lo mantenga “vivo” entre quienes lo quisieron y estimaron.

Adiós amigo, simplemente te adelantaste.


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