miércoles, 8 de septiembre de 2010

Caravanas y parranda

Los candidatos apuestan por la vieja estrategia del “pan y circo para el pueblo” que se aplica desde la época del imperio Romano.

Los emperadores romanos organizaban espectáculos de entretenimiento, festejos y festivales de comida gratis con la finalidad de mantener sometido a su pueblo. Esta táctica se mantuvo en los siguientes regímenes y gobiernos de todo el mundo.

Hoy, los candidatos cajamarquinos hacen y aplican lo mismo para conseguir los votos que les garanticen un triunfo en las elecciones municipales y regionales.

Pero, a esta vieja estrategia se suma el ardid político del acomodo personal, la mentira camuflada, el regalo barato y la componenda con “Dios y con el diablo”. Lo único que les importa -a la mayoría de los actuales candidatos- es salir elegido.

No hay plan de gobierno. Las propuestas presentadas ante las autoridades electorales no tienen mayor valor, simplemente se las hizo para cumplir con una exigencia legal.

Sinceramente, se siente pena y vergüenza ante tanto politiquero que se aprovecha del pueblo, ya que observamos que la viveza criolla se antepone a la propuesta coherente. El favor político es más importante que la planificación y el compromiso leal, honesto y transparente de una buena gestión.

Hoy, la mayoría de candidatos no se preocupa de alistar un buen plan de gobierno, de buscar un eficiente equipo técnico y profesional para que respalde su propuesta, ni de prepararse para exponer sus ideas y planteamientos. Simplemente busca dinero, más dinero, mucho dinero... con plata atraen a los electores y consiguen los votos...

Antes que exponer el plan de gobierno hay que realizar pintas en todas las paredes posibles, colocar las mejores gigantografías, difundir los spots propagandísticos en las radios y televisoras, regalar calendarios con la foto del candidato exponiendo su mejor sonrisa, distribuir polos con la propaganda, entregar paquetes con alimentos u otros regalos y en algunos casos realizar pagos para conseguir el favor de los electores.

Pero la estrategia del “pan y circo para el pueblo” se completa con las caravanas folklóricas, chicheras o cumbianberas que se ofrecen gratis y se programan los fines de semana o en las fiestas patronales y en los cierres de campañas.

Los candidatos ya contrataron a los principales artistas y compraron varias barricas, chanchas o barriles del trago más barato para regalarles toda la noche, durante la parranda politiquera.

La intención es distraer a la población con el espectáculo para que no exija una buena propuesta que cuente con el respaldo de un equipo técnico, sino que apoye al candidato que le brindó “un trago barato” con el que se embriagó hasta perder el conocimiento.

Lamentablemente las elecciones se definirán en una noche de caravana, juerga y comilona.


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