jueves, 5 de agosto de 2010

Promesas incumplidas

Ante el bullicio electoral y las promesas de los actuales pretendientes a un cargo municipal o regional se nos viene al recuerdo los ofrecimientos -cuando fueron candidatos- de quienes -hoy- se desempeñan como autoridades y están a 4 meses y 25 días de concluir su gestión.

Una historia que se parecía a la anterior campaña proselitista y que ya observamos será repetida en el proceso de este año que concluirá con las elecciones del 03 de octubre. La primera característica es la masiva participación de candidatos, que en su gran mayoría son oportunistas, interesados e improvisados.

Además, también encontramos en esta “jungla” política a las mismas caras pretendiendo -una vez más- un puesto municipal o regional, aunque en algunos casos quieran disimular que están acompañados por jóvenes, que son los nuevos rostros. “Viejos zorros” de la política que quieren engatusar al electorado.

Se suman los mismos discursos floridos y estudiados, ofreciendo el “oro y el moro”. Promesas y más promesas que terminarán archivadas en el cofre de los recuerdos; mientras la realidad nos dice que a pesar de que les creímos como nunca, nos mintieron como siempre. Se burlaron de nuestras expectativas, ilusiones y sueños de electores.

Esos candidatos que fueron electos y están terminando sus gestiones, llevan en su conciencia -si aún la tienen- el peso de sus mentiras y artimañas que las utilizaron como promesas para ganar las elecciones de 2006 y que en su gestión como autoridades nunca las ejecutaron o las hicieron a medias, ofrecimientos, estilos y discursos que ahora los vemos copiados por la mayoría de candidatos.

Las actuales autoridades -cuando fueron candidatos- se presentaban como los paladines de la honestidad, pero la casi totalidad de ellas terminaron absorbidas por grupos que manejaron sus gestiones llevando la corrupción como bandera, el acomodo como norma de “trabajo” y la mentira como lema de acción.

Otra propuesta que la recordamos claramente fue la transparencia en las gestiones, anunciando que concertarían con la población que tendría las puertas abiertas de las municipalidades o región, pero terminaron gobernando a puertas cerradas y decidiendo o ejecutando acciones “entre gallos y media noche”.

Aseguraron que representaban el cambio, que las instituciones serían reformadas, reorganizadas y que implementarían sistemas para controlar y fiscalizar el buen uso de los recursos. Anunciaron una lucha contra la corrupción; pero terminaron imitando o copiando las mañas de los corruptos y en muchos casos superando sus malas acciones.

Pero la diversidad de ofrecimientos y promesas fue lo que reinó en la campaña proselitista pasada y que se copia en la actual, pero muy poco cumplieron o ejecutaron.

Las obras y proyectos realizados no se ajustan a la realidad de cada jurisdicción o no satisfacen las necesidades de la población.

La historia proselitista se repite, esperemos que el pueblo no se equivoque en su elección.

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