viernes, 27 de agosto de 2010

Un pacto de mentira

La mitad de los candidatos de las agrupaciones políticas que postulan al gobierno regional de Cajamarca firmaron el Pacto Ético Electoral, promovido por el Jurado Nacional de Elecciones.

Las organizaciones participantes fueron el Movimiento de Afirmación Social - MAS, Acción Popular, Fuerza Social, Frente Regional, Alianza para el Progreso y Perú Posible.

Mientras que los “chicos malos de la película” terminaron siendo Cajamarca siempre verde, Partido Aprista, El agro a la región, Tierra y Libertad, Unión por el Perú y Cambio 90, quienes se zurraron en la invitación que les hizo el JNE para la firma del pacto.

Los responsables de esta acción precisan que el Pacto Ético Electoral “es un compromiso de honor que suscriben las organizaciones políticas participantes en un proceso electoral, sobre la base de comportamientos éticos y de transparencia, con el fin de que los ciudadanos estén en capacidad de emitir un voto informado y responsable”.

Una propuesta que tiene un excelente concepto, pero... aquí vienen los “peros”. ¿Los candidatos estarán en condiciones de cumplir el compromiso asumido?

Estamos seguros que la mayoría de participantes firmaron solo para aparecer en los medios de comunicación y aparentar que asumen un compromiso de honor y que actuarán con ética y transparencia.

Aunque debemos reconocer que si hay políticos que tienen un desempeño correcto.

Consideramos que el Pacto Ético Electoral es una propuesta que lleva un idealismo que no se ajusta a la realidad; ya que en la práctica, los candidatos actúan casi al margen de la ley.

Nadie respeta, todos se aprovechan de cualquier recurso -legal o ilegal- para ganar adeptos y votos. El objetivo es triunfar en las elecciones a cualquier precio. Son capaces de “vender su alma al diablo” para alcanzar un cargo municipal o regional.

Si hay que agredir al adversario -verbal o físicamente- se lo hace sin ningún miramiento.

¿Creen que un candidato que recibe un “golpe” estará dispuesto a colocar la otra mejilla? No, simplemente arremete contra su adversario con mayor fuerza.

En este “carnaval electoral”, si hay que engañar al pueblo para que voten por una agrupación, los candidatos ni siquiera se sonrojan. La mentira es una de las principales armas que tienen los postulantes en su campaña proselitista.

Los votos muchas veces se compran con regalos o dinero en efectivo, ya que las elecciones terminaron siendo un gran negocio.

Otro problema es el control del cumplimiento de los compromisos. Las autoridades electorales nunca supervisan y hacen seguimiento alguno a la firma de estos pactos, por lo que los candidatos nunca respetan y hacen lo que les viene en gana.

Además, quienes no firmaron simplemente demuestran que para ellos prima la “ley del billete”, pues creen que gana las elecciones quien más recursos invierte, sin respetar nada ni a nadie.

Entonces para qué sirve un Pacto Ético Electoral, simplemente para la foto, el abrazo hipócrita y la aparición en los medios de comunicación.


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